domingo, 24 de febrero de 2019

BLOQUE 1. Libros infantiles de autor. Análisis y selección



A la par que comencé mis estudios de educación infantil pude descubrir el maravillo mundo de los cuentos infantiles, tanto es así, que en mi casa tengo una estantería llena de ellos, de los que hago uso en mi aula. Pero no ha sido hasta ahora, cuando me he dado cuenta, de que algunos de ellos, tienen la finalidad de querer enseñar algo, no cumpliendo con la función literaria, cuya finalidad es ayudar al niño a aumentar su marco de referencia creando otros mundos, hechos que la imaginación concibe como vivencias posibles y personajes con los que compartir la anécdota a través de un arte que utiliza las palabras para manifestarse. Un factor que no tenía presente a la hora de escoger los cuentos y que sin embargo ahora, teniendo clara su definición, me hace prestar atención y tener más cuidado a la hora de saber seleccionar bien un cuento, teniendo en cuenta las diferencias entre cuento literario y paraliterario y las características que éste debe cumplir para que sea un cuento adecuado que se ajuste a las características y el momento evolutivo del receptor o receptores al que va dirigido.

El cuento que he elegido, no es uno de los cuentos que yo tengo, sino que quise buscar otros por internet para ver qué cuentos había y aprender a identificar aquellos que cumplían con una función literaria de los que no, y en esa búsqueda encontré “el cocodrilo al que no le gustaba el agua”, entre otros muchos, y al final me decidí por éste, ya que era un cuento que no conocía y al ver su historia a través del cuentacuentos, me gustó porque descubrí que la historia que contaba era diferente a lo que su portada me había hecho imaginar, y me pareció que era un cuento en el que se podían trabajar muchos valores y conceptos en el aula, teniendo en cuenta la edad y el momento evolutivo de los lectores.


FICHA BIBLIOGRÁFICA

Título: “El cocodrilo al que no le gustaba el agua”





Autor: Gemma Merino
Ilustrador: Gemma Merino
Editorial: PICARONA
Fecha 1ª edición: 22/09/2014
Curso en el que me baso para realizar este análisis: 5-6 años


Gemma Merino, es la autora e ilustradora de este divertido cuento ilustrado. Galardonada con el Premio McMillan de álbum ilustrado en 2011 cuando cursaba un máster de ilustración infantil en Cambridge School of Arts. Además, en 2015, resultó ganadora del Premio de Ilustración otorgado por la CCEI.
Nacida en Cataluña, estudió arquitectura en Barcelona y realizó prácticas en España, Dublín, Tel Aviv y Londres, donde vive en la actualidad.
El cocodrilo al que no le gustaba el agua también está editado en catalán.




                                        https://www.picarona.net/autor/gemma-merino/


Es autora de otras conocidas obras también publicados por la editorial Picarona.

"La oveja que incubó un huevo"




ANÁLISIS LITERARIO 

FORMATO

Atendiendo a su aspecto externo, el cuento posee 32 páginas, en un tamaño de dimensiones de 27,5x22cm con un formato de tapas cartoné, un tipo de encuadernación en tapa que consiste en cubrir el lomo con tela y las tapas con papel. Suele aplicarse a los libros escolares y obras infantiles. 

Su manejabilidad fijándonos básicamente en el tamaño y en el grosor de las páginas, para niños de infantil son demasiado grandes o demasiado pesados y este hecho les resta calidad editorial. 

En la portada aparece el título del álbum y el protagonista, un cocodrilo, metiendo la punta del pie en el agua, la imagen refleja que al animal no le gusta el agua y no sabe nadar, por tanto, tiene que utilizar un flotador. El título expresa la idea principal del álbum: hay un cocodrilo al que, por extraño que parezca, no le gusta nada el agua. Además, en la contraportada observamos que el cocodrilo tiene una cara muy triste mientras mira el agua que hay en una bañera (en la que se refleja su rostro). Para el fondo de la portada y contraportada usa colores tenues, dando mayor color a las ilustraciones con una tipología grande (tipos redondos de 24 a 18 puntos) resultando llamativo a primera vista y permitiendo a los lectores, en un primer contacto, poder hacerse sus propias conjeturas acerca de por qué no le gusta el agua a ese cocodrilo.



Ilustraciones: 

Tanto la historia como las ilustraciones son sencillas y bonitas y gracias a ellas, podemos decir, que se obtienen detalles que solo con el texto no se entenderían y viceversa.

Las ilustraciones son grandes, en muchas ocasiones a doble página, acompañando perfectamente al texto, explicado mediante imágenes lo que en palabras se cuenta. En las primeras páginas 1 y 2 y en las páginas 29 y 30 aparece un cocodrilo mayor con una cesta llena de huevos, solo hay un huevo que es de color diferente a todos los demás. Se intuye que el huevo distinto va a ser el del dragón. 








En las páginas 5 y 6 observamos que todos los cocodrilos están nadando en una bañera, jugando y pasándolo muy bien, mientras que un pequeño cocodrilo, al que no le gusta el agua, está triste y fuera de la bañera. Leyendo únicamente el texto no podemos llegar a saber si al cocodrilo le gusta el agua o no. De hecho, podemos pensar que no tiene ganas de jugar con los demás o que los demás no lo dejan jugar con ellos. 





En la página 10 contemplamos que todos los cocodrilos están tumbados en la cama y hay uno (el protagonista) que es de color diferente y que, incluso, sus zapatillas son distintas a las de sus hermanos.



En las páginas 21 y 22 el cocodrilo estornuda y descubre que es un dragón, ya que echa fuego por la nariz. La imagen hace que el lector empiece a pensar cómo es posible que el cocodrilo eche fuego por la nariz.





Ilustraciones estereotipadas en las que el personaje, cocodrilo, se le presenta con sensaciones y sentimientos como si fuesen seres humanos, creando una experiencia artística capaz de provocar inferencias en el niño/os sobre lo que ven y las sensaciones y sentimientos que les provocan.


Tipografía: 

Hay poco texto, 4 o 5 líneas por página y su comprensión no reviste ninguna dificultad. La letra empleada, por lo general, se presenta en un tamaño mediano-grande, con algunos sonidos onomatopéyicos en mayúsculas, palabras cargadas de energía capaces de transmitir un sonido de forma que, además de hacer una lectura más amena y atractiva para los niños, les ayuda en su lectura. Además, como hemos dicho anteriormente, las palabras siempre van acompañadas de ilustraciones, lo cual permite una fácil lectura y comprensión de la misma, sin que haya interferencias entre el texto y la imagen. 






Respecto al tipo de fuente está muy bien cuidado, siendo adecuado a la edad de los lectores a quien va dirigido, manteniendo un equilibrio de espacios entre palabras y entre líneas, creando frases cortas, dándolas un valor y sentido secundario frente a las imágenes que acompañan. 





CONTENIDO

El tema: 

El tema principal de este cuento hace referencia a la búsqueda de identidad y construcción del autoconcepto, “quien soy yo” y los miedos personales que van surgiendo en relación a la esa construcción del yo. En esta etapa, los niños poseen un conocimiento de ellos mismos, siendo conscientes de que son diferentes a los otros, siendo capaces de reflexionar sobre ellos mismos y sus acciones de la de otros. Se trata de una dimensión afectiva, la cual se construye a través de la comparación de sí mismo y el yo ideal, en la medida que es capaz de alcanzar las expectativas sociales, sintiendo la aceptación por aquellos que son importantes, siendo en este caso, la figura de los hermanos del cocodrilo, el grupo de referencia, quienes poseen una gran influencia, teniendo un papel importante en la autoimagen, siendo una etapa de formación en cuanto al estilo personal, las preferencias, valores y valoración de uno mismo en comparación con los demás. Es en la interacción con los otros, donde descubren sus aptitudes y es con los otros, con quienes va a medir sus cualidades y su valor como persona, lo que va a permitir el desarrollo de su autoconcepto y de su autoestima. Las opiniones acerca de sí mismo, por primera vez en la vida del niño, van a tener peso en su imagen personal. Y todo este proceso personal le llevará a enfrentarse a sentimientos difíciles como el miedo, la envidia, el rechazo, los celos, o la agresividad. Surgen los miedos personales, miedos relacionados con su propia identidad en relación con los otros, como el miedo a sentirse sólo, el miedo a no sentirse válido y capaz de hacer las cosas, de no poder compartir la alegría que experimentan los otros por miedo… un miedo que en este caso, el cocodrilo, es capaz de verbalizar a través de palabras “NO ME GUSTA el agua” y de reconocer su emoción y sentimiento y que pese ello, logra poder verbalizarlo y busca herramientas, en este caso el flotador, para poder afrontar el miedo y poder disfrutar con el resto y que aunque no lo consigue, en esa superación del miedo, descubre una cualidad que le hace ser diferente al resto. En este caso, los miedos, serían un tema secundario, como el miedo al agua, el miedo a sentirse solo, el miedo a sentirse diferente frente a su grupo de iguales...
Los miedos son muy comunes en la mayoría de los niños, propios de una etapa evolutiva concreta. En la edad de los 5-6 años en adelante, presentan miedos comunes a la oscuridad, animales y seres sobrenaturales, pero además se añade el temor a hacer el ridículo por la ausencia de habilidades escolares, sociales, o deportivas. Además, entre los miedos en niños de 6 años, aparece también el miedo al agua. La razón principal, es que no es el medio natural para las personas, desconociendo sus peligros, se sienten inseguros y tienen miedo a poder ahogarse.
Es por ello, que en situaciones así, es importante que los niños aprendan a poder identificar sus miedos y puedan verbalizarlo, como en el caso del cocodrilo que decía: "NO ME GUSTA nadar" "ME GUSTA escalar árboles". Para lo cual, es importante generar en los niños un buen desarrollo de su autoestima y autoconcepto, un pilar clave a esta edad, ya que la valoración positiva de sí mismo permite al niño poder alcanzar sus objetivos desde la ilusión y la seguridad que otorga el creer en sus propias capacidades.

La estructura: 

La narración del cuento, presenta una estructura lineal, mediante un planteamiento, nudo y desenlace. Una estructura sencilla y apropiada para la edad a la que está dirigida. 

Estas tres partes de su estructura son:

1. Planteamiento: el cocodrilo está triste porque no le gusta el agua y no puede jugar con sus hermanos. 

2. Nudo: el cocodrilo, ante esta situación de no poder jugar con sus hermanos, mientras éstos disfrutan, el cocodrilo busca estrategias con la ayuda de un flotador que le ayude a intentar nadar y jugar en el agua pero sin éxito, dado que no puede jugar a la pelota, ni puede bucear…

3. Desenlace: finalmente, el cocodrilo, sale del agua empapado y con frío, lo que le provoca un estornudo, haciendo salir de su nariz una llamarada de fuego, dándose cuenta de que no es un cocodrilo, como el resto de sus hermanos, sino que es un dragón, que puede volar, y que disfruta volando. Descubre así, que volar le gusta y no le da miedo y que puede disfrutar jugando junto con sus otros hermanos, llevándoles en su espalda. 


El/la protagonista: 

En este caso, el protagonista principal, es el cocodrilo, que pese a ser un personaje animado es capaz de expresar sentimientos de miedo, la alegría, frustración, tristeza… sentimientos cercanos a esta edad, quienes, ya conocen e identifican muchas emociones, pero que están en esa búsqueda de aprender a manejar y gestionar multitud de emociones intrapersonales (con uno mismo) y interpersonales (con los otros). 


Los demás personajes: 

Los demás personajes, son los otros cocodrilos, que son presentados como los hermanos del cocodrilo principal, lo cual es un figura muy cercana y familiar para los niños, con independencia de que el protagonista esté representado por un personaje animado, creando mayor interés y pudiéndose sentir más identificados con la historia y los personajes del cuento. 



Valores y contravalores: 


Es una bonita historia en la que destacaría el valor de la superación del cocodrilo y la búsqueda de alternativas para lograr vencer su miedo con acciones inmediatas como comprarse un flotador y probar a nadar con ello. Sus ganas de intentarlo, le da la oportunidad de poder descubrirse así mismo. 

El lenguaje y el uso de la lengua: 

El lenguaje que aparece es simple, y breve con un estilo muy sencillo y lineal, comenzando con la frase «Érase una vez…», estructura tradicional muy empleada en la literatura infantil y un desenlace feliz. 

Presenta gran claridad en cuanto a la estructura a través del uso de párrafos cortos y un vocabulario adecuado que permite su fácil lectura y comprensión. 

En cuanto al uso de la función poética, podemos encontrar el uso de figuras literarias como la descripción para hacer más comprensible y entendible la lectura.

Érase una vez un cocodrilo pequeño. 

Es un DRAGON (y tiene alas) Los dragones no pueden nadar. 

¡Los dragones pueden echar fuego!; ¡Los dragones no pueden volar!

Así mismo, hace uso de la repetición con el propósito de enfatizar y resaltar una idea, en este caso un sentimiento. 

“No me gusta el agua” dice el cocodrilo. “Quiero jugar con mis hermanos y mis hermanas.” Pero sus hermanos y hermanas están siempre nadando. Y a este pequeño cocodrilo no le gusta nadar. 

Le gusta mucho subirse a los árboles. “No me gusta nadar. Me gusta subirme a los arboles” dice el cocodrilo. 

Se siente solo. El cocodrilo pequeño toma una decisión. 

Puede subirse a la escalera. Pero no puede saltar. 

Otra vez se siente solo. Entonces decide intentarlo de nuevo. 

“ ¡No me gusta el agua para nada! “Odio el agua”, dice el cocodrilo. 

Al cocodrilo pequeño no le gusta el agua porque no es un cocodrilo para nada. 

Por último, hace uso de la hipérbole haciendo exagerar ciertas acciones a través de onomatopeyas para aumentar el significado de una acción que quiere destacar creando musicalidad y ritmo y facilitando la participación activa del niño, con un tipo de tipología espacial, letras caídas, que motivan el interés del niño. 

Uno, doooos, dos y medio ¡TREEEEEEES! 



GLU GLU BLUB ¡SOCORRO! 

En ese momento algo raro sucede. Su nariz le pica y pica. Más, Más, Cada vez más Hasta que… 


ATCHIIIIIIIIIIISS 






Conclusión 

Como conclusión final, diría que este libro si sería recomendable y ajustado para la edad de 5- 6 años, tomando como referencia el proceso evolutivo y las necesidades de esta etapa. Por tanto, sí sería un libro que tendría al alcance y con el que podría trabajar y reflexionar sobre las diferencias entre unos y otros, a través de una actividad en la cual los niños escriban cosas que les gustan y cosas que no les gustan y ver si entre los alumnos hay coincidencias o no. Así mismo, podría trabajar el concepto de identidad a través de un dibujo en el que se pintasen a ellos mismos, cómo se ven o se perciben. Al tiempo que podría trabajar los miedos en el que cada uno escribiese en un papel cuáles son sus miedos y reflexionar dialogar entre todos cómo se podrían afrontar.

Bibliografía 



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